¿Quién entrena a los entrenadores?

Three professionals reviewing charts and statistics in a modern office environment
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La carrera contrarreloj para cubrir el talento en IA

Las universidades españolas están reaccionando con urgencia ante una demanda que las supera: la Inteligencia Artificial ha irrumpido con tal fuerza que hasta un 50% de los empleos especializados en esta área quedan vacantes. Y la gran paradoja es que ni siquiera hay suficientes expertos para formar a los futuros expertos. Esta situación abre un debate profundo sobre cómo adaptamos los modelos de formación y atracción de talento en tecnología y sobre todo en IA, especialmente en sectores como el farmacéutico, donde la innovación no puede esperar.

La brecha ya no es solo de talento, sino también de formadores

La escasez de talento en IA no es un fenómeno nuevo, pero lo que ha cambiado en los últimos dos años es su ritmo: el mercado laboral va más rápido que el sistema educativo. Los másteres oficiales no dan abasto, los profesionales más preparados ya están ocupados en empresas, y las universidades compiten incluso por conseguir profesores cualificados.


“No hay suficientes doctores con experiencia en IA para cubrir la docencia de los programas que el mercado pide”, señalan desde varias instituciones educativas.

En este contexto, la pregunta urgente no es solo cómo formar talento en IA, sino: ¿quién va a hacerlo?

Las empresas necesitan perfiles híbridos, pero el sistema sigue produciendo especialistas verticales

Un ingeniero de datos, un científico computacional y un farmacéutico con conocimiento en machine learning… pueden tener tres formaciones distintas y no coincidir nunca. Pero la industria farmacéutica necesita que esos mundos se mezclen entre sí:

  • Modelos predictivos para desarrollo clínico
  • Algoritmos de IA aplicados a la personalización del tratamiento
  • Automatización de procesos en calidad, producción o cadena de suministro

El nuevo talento que necesita el sector no cabe en un solo perfil tradicional. Y eso exige revisar cómo se están diseñando los planes formativos, tanto en universidades como dentro de las propias empresas.

¿Qué están haciendo las universidades para no quedarse atrás?

Algunas instituciones han empezado a tomar decisiones drásticas:

  • Modificar en tiempo récord los programas de máster, adaptándolos al uso real de IA generativa, cloud y MLOps.
  • Colaborar directamente con empresas tecnológicas y farmacéuticas para traer expertos en activo como docentes invitados.
  • Externalizar parte de la formación a través de bootcamps o certificaciones privadas.

Pero incluso con estos movimientos, el reto persiste: formar talento sin formadores suficientes genera un cuello de botella estructural.


“Formamos a contrarreloj, y aun así vamos tarde”, confesaba recientemente un director de máster en IA.

Y desde el lado de la empresa, ¿cómo se puede actuar hoy?

Mientras el sistema educativo reacciona, las grandes compañías no pueden permitirse el lujo de esperar. Por ello, muchas están optando por colaborar con partners tecnológicos especializados en entornos de IA, capaces de proporcionar talento actualizado, equipos flexibles y soluciones integradas. Esta vía permite:

  • Reducir el coste de vacante promedio (CVP) al cubrir con rapidez puestos críticos.
  • Integrar formación continua y acompañamiento experto en los proyectos reales de la empresa.
  • Evitar aumentos en la estructura fija gracias a modelos de colaboración más adaptables y escalables.

Este enfoque se está consolidando como una de las soluciones más viables para no frenar el ritmo de innovación ni comprometer la competitividad en sectores altamente regulados como el farmacéutico.

El sector farmacéutico, especialmente afectado por esta escasez

En un entorno donde los avances dependen cada vez más del procesamiento masivo de datos, el talento en IA no es solo una ventaja competitiva: es una necesidad crítica. Las grandes farmacéuticas necesitan incorporar talento que combine IA, regulación, bioestadística y conocimiento clínico, y eso complica todavía más la ecuación.

¿Cómo se forma a un profesional que debe saber de machine learning, normativa sanitaria y ciclos de vida de producto?

Es aquí donde los modelos de reskilling interno, las alianzas con centros de investigación y la inversión en talento joven cobran un papel clave.

Un modelo que se queda corto frente a una demanda cambiante

Lo que hoy forma el sistema académico puede estar desactualizado en menos de dos años. La propia naturaleza de la IA exige perfiles:

  • Ágiles en el aprendizaje continuo
  • Con capacidad crítica y ética tecnológica
  • Que entiendan la transversalidad del dato y la IA en toda la organización

Y mientras tanto, el coste de vacante promedio (CVP) en perfiles de IA se dispara, afectando directamente a la innovación y a los resultados operativos de las empresas. No cubrir una vacante de IA no es solo un problema de recursos humanos, es una pérdida de competitividad real.

¿Quién lidera realmente la formación del futuro?

El reto ya no está solo en crear másteres o programas de bootcamp. La pregunta que las organizaciones deben hacerse es: ¿cómo se integra la formación continua en su estrategia de negocio?

  • ¿Puede una gran farmacéutica permitirse esperar al ritmo de la universidad?
  • ¿Deberían las empresas crear sus propios programas internos de IA?
  • ¿Hasta qué punto la formación externa puede ir al ritmo de la disrupción tecnológica?

“Los profesionales que necesitamos todavía no existen. Hay que crearlos, y eso requiere alianzas y visión estratégica”, se escucha cada vez más en los foros de talento TI.

Mientras las universidades luchan por adaptar sus programas y encontrar formadores cualificados, las empresas tienen que moverse más allá del reclutamiento tradicional. La solución pasa por generar talento desde dentro, invertir en modelos flexibles de aprendizaje y entender que formar en IA ya no es una actividad académica, sino una necesidad de negocio.

Porque al final, la pregunta sigue siendo la misma: ¿quién va a entrenar a los entrenadores… si ni siquiera hay suficientes profesionales para cubrir los puestos clave?


Bibliografía y documentación relevante: